No pudo ser. El Zar tendrá que ganar su trono paso a paso y sin atajos. La oportunidad contra Maidana era moralmente irrechazable pero a nadie se le escapaba lo difícil de la empresa: vencer a uno de los más fieros y duros pegadores de la división, en un peso superior al habitual y en territorio comanche. Y con dos semanas escasas de preparación específica para ese rival. Casi nada.
Muchos otros lo evitarían, de hecho así fue, pero no Petrov. Este ruso de Vallecas tiene ansia de victoria, algo que algunos parecen haber perdido u olvidado. El objetivo, más allá de la eterna búsqueda de la victoria, era lucir bien, presentarse en el recibidor del boxeo internacional de primer nivel y reservar un espacio para un nuevo nombre. Y en cierta medida, creo que se ha logrado.
Perder por KO en el cuarto asalto puede parecer bastante poco edificante, pero conocidas las circunstancias y el margen de mejora que posee Petrov, debe traducirse en esperanza. Mostró su técnica, su posicionamiento en el cuadrilátero y contrarrestó, como buen guerrero, algunas de las embestidas del morlaco argentino. En la TV local apreciaron sus virtudes y coraje.
Lo catalogaron de boxeador fino pero con puños de algodón. Claro que comparado con Maidana, muchos adolecerían del mismo problema. En la división ligera, donde se siente más cómodo, Petia es un púgil más macizo y no tan vulnerable a las cornadas. Ahí es donde debe partir su nueva andadura, pues habrá un antes y un después tras esta experiencia. No todos realizan un mundial.
Gestionar bien su momento, ir a más en sus ambiciones, paso a paso, ganar confianza y experiencia en grandes batallas, combatiendo progresivamente con púgiles de más nivel y empezar a marcarse como objetivo más inmediato el europeo, donde actualmente domina gente como los británicos Gavin Rees (35-1; 16ko), Derry Mathews (29-5; 15ko), o el irlandés Andy Murriay (24-1; 12ko).
Esos deben ser los próximos rivales a batir por Petr, esas son las peleas que queremos ver los aficionados españoles, con permiso de organizaciones y burocracias, porque de llegar a dominar Europa, el asalto al mundial sería más posible y plausible que nunca. Y sobre todo, debe ser así por el propio Petr Petrov, por su calidad, porque como decía De Niro en ‘Una historia del Bronx’: “No hay nada peor que un talento malgastado”.