Huck vs Afolabi: Drama en Alemania

El tsunami mediático del Mayweather vs Cotto inundó todo el fin de semana dejando en la sombra otro interesante e intenso combate de Boxeo que tuvo lugar en Alemania. Marco Huck y Ola Afolabi fueron protagonistas de una de las mejores peleas del año, en una revancha cargada de emoción y drama hasta el final. Tras su aventura en la división pesada, Huck defendía su título crucero OMB.

El alemán conocía bien a Afolabi, con quien tuvo un primer encuentro en el año 2009 que solventó con lo justo por decisión unánime. Desde entonces el británico sumó una victoria tras otra, hasta un total de cinco consecutivas, para ganarse una nueva oportunidad ante el campeón. El actual mejor crucero de Reino Unido volaba hacia Alemania con la intención de desquitarse de aquella derrota.

Y con esa idea inició las hostilidades. Con su peculiar jab, martilleó una y otra vez a Huck quien, cerrado cual tortuga, aguantaba estoicamente la lluvia que le castigaba a sabiendas de que la paciencia es su aliada. Selectivo en sus combinaciones, Marco se acreditaba con cierta parsimonia uno tras otro los primeros asaltos. Pero a partir del quinto el aspirante se activa.
Marco Huck vs Ola Afolabi
Afolabi, consciente de que la cosa no va bien, recuerda que no siempre hay dos sin tres y aprieta para aprovechar este chance por el título. Bombardea con frecuencia y dureza a su rival. El británico no es un ejemplo de estilismo, es algo primario en sus golpes y de piernas pesadas, pero su intensidad y corazón lucieron como nunca. La balanza empezaba a inclinarse hacia su lado.

Huck contesta con fugaces combinaciones que llegan a Ola. Esta será una constante hasta el último asalto, uno de los más agónicos de los últimos meses. Dos hombres totalmente fundidos, vaciados por completo en su particular pugna, se mantienen en pie por orgullo, agallas y por materializar un sueño. El público sigue en pie los minutos finales, como tratando de acompañar a ambos deportistas hasta la meta.

Ninguno encontró esa mano ganadora que lograse terminar con semejante batalla. Al sonar la campana ambos rivales se funden en uno de los abrazos más emotivos, con la cara de satisfacción que da ser conocedor de haber hecho algo extraordinario. El público dicta victoria para ambos; las cartulinas, con dos jueces dando empate, se la dan a Huck… Las tarjetas no entienden de emociones.

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