El destierro en el que se encontraba ‘King’ Abraham llegó a su fin. Tras su conquista y posterior defensa del título europeo, ahora recupera su dominio mundial con la consecución de la corona supermediana de la Organización Mundial de Boxeo. Hay quien lo daba por acabado o retirado, pero la realidad es que todavía le queda larga vida a este rey alemán de origen armenio.
En un encuentro con notable sabor alemán, Abraham derrotó por decisión unánime a su compatriota Robert Stieglitz en la que era su séptima defensa y el tercer intento de conquista mundialista para Arthur, siendo los dos anteriores en aquel Torneo Super Six que tan tocada dejó su carrera. Carl Froch en 2010 y Andre Ward un año después le impidieron lograr la cima en las 168 libras.
Ambos verdugos llegarían a la final de aquel torneo que encumbraría a Ward como figura destacada de la categoría, lo cual nos obliga a relativizar ambas derrotas. No se puede reprochar nada cuando te enfrentas a los mejores dando lo máximo de ti y pierdes, sólo agradecer que lo aceptaras. Por desgracia, no todos los invictos, como era por aquel entonces Abraham, abordan esos difíciles retos.
‘King’ no empezó excesivamente bien su último combate, demasiado lento, pero progresivamente se fue desperezando y logró asignarse uno a uno los asaltos gracias a sus certeros y potentes golpes. El estilo de Abraham, tan sencillo y metódico, se asemeja a la marea que, poco a poco y despacio, sube y come el terreno sin darnos apenas cuenta.
La pelea pudo terminar en el décimo round pero el médico, a consulta del mediático árbitro Joe Cortez, permitió continuar a Stieglitz pese a lo dañado de su rostro. El martillo armenio hizo su trabajo y con una actuación sobria y eficaz logra mejorar su historial en el boxeo. De nuevo en lo más alto tendrá la oportunidad de reafirmarse ante los mejores del panorama mundial.
Quien dominara la categoría mediana entre 2005 y 2009 se encuentra ahora en una categoría superior en la que le ha costado adaptarse pero que ya empieza a domar. Cuestionado sobre su futuro o de si este sería su última gran pelea, dijo: “Para mí, cada combate es mi última oportunidad. Dejaré que hablen y cuando haya ganado, todo irá bien“. Pues eso, que sigan hablando.
En un encuentro con notable sabor alemán, Abraham derrotó por decisión unánime a su compatriota Robert Stieglitz en la que era su séptima defensa y el tercer intento de conquista mundialista para Arthur, siendo los dos anteriores en aquel Torneo Super Six que tan tocada dejó su carrera. Carl Froch en 2010 y Andre Ward un año después le impidieron lograr la cima en las 168 libras.
Ambos verdugos llegarían a la final de aquel torneo que encumbraría a Ward como figura destacada de la categoría, lo cual nos obliga a relativizar ambas derrotas. No se puede reprochar nada cuando te enfrentas a los mejores dando lo máximo de ti y pierdes, sólo agradecer que lo aceptaras. Por desgracia, no todos los invictos, como era por aquel entonces Abraham, abordan esos difíciles retos.
‘King’ no empezó excesivamente bien su último combate, demasiado lento, pero progresivamente se fue desperezando y logró asignarse uno a uno los asaltos gracias a sus certeros y potentes golpes. El estilo de Abraham, tan sencillo y metódico, se asemeja a la marea que, poco a poco y despacio, sube y come el terreno sin darnos apenas cuenta.
La pelea pudo terminar en el décimo round pero el médico, a consulta del mediático árbitro Joe Cortez, permitió continuar a Stieglitz pese a lo dañado de su rostro. El martillo armenio hizo su trabajo y con una actuación sobria y eficaz logra mejorar su historial en el boxeo. De nuevo en lo más alto tendrá la oportunidad de reafirmarse ante los mejores del panorama mundial.
Quien dominara la categoría mediana entre 2005 y 2009 se encuentra ahora en una categoría superior en la que le ha costado adaptarse pero que ya empieza a domar. Cuestionado sobre su futuro o de si este sería su última gran pelea, dijo: “Para mí, cada combate es mi última oportunidad. Dejaré que hablen y cuando haya ganado, todo irá bien“. Pues eso, que sigan hablando.