El riesgo de jugar siempre a una carta

Kiko Martínez cayó por la vía rápida ante Leo Santa Cruz. Si solo tomamos el resultado, constatamos que fue algo esperado por apostantes y muchos aficionados al boxeo, si bien el desenlace no refleja fielmente lo vivido durante los cinco asaltos que pudimos disfrutar.

Es agradable ver cómo los medios americanos han ido más allá y se muestran complacidos con la actuación y demostración de bravura del alicantino. Que nadie se extrañe si lo volvemos a ver por tierras estadounidenses. Pero, pasado el acaloramiento de la refriega, debemos echar un vistazo a determinados aspectos.

Estrategia
Kiko se enfrentaba a un rival más pesado, más alto y más técnico. Necesitaba su mejor versión. Cortar distancia con velocidad y pegar al cuerpo. Su estilo típico. Algo que Santa Cruz trató de anular. El propio Kiko reconoció tras el combate: “esperaba que trabajara más al choque, y me ha roto la estrategia“, recogió Jesús Mínguez en Diario As.

Extraña saber que ese era el único plan, máxime cuando en los días previos el mexicano confesó sus intenciones: “Kiko Martínez es un boxeador muy fuerte y estamos preparados para boxearlo, mantenerlo a distancia si se hace necesario, porque puede resultar un rival muy peligroso si solo pensamos en intercambiar golpes con él”.

Defensa
Aunque golpes sí que hubo. En total Santa Cruz conectó 234, 190 de poder; Kiko castigó con 74 a su oponente, con 54 potentes. Unas cifras muy desiguales, en las que se refleja el gran volumen de trabajo de Cruz y una defensa poco efectiva por parte del alicantino.

Faceta que no parece mejorar y que en los duelos con los mejores es un punto clave. Fue Carl Frampton, allá en 2013, quien lo noqueó por primera vez en su carrera. Scott Quigg hizo lo propio en dos asaltos el pasado año. Y ahora, tras una catarata de duras manos, vuelve a caer antes del límite.

Salud
Estas derrotas han tenido un guión similar. Kiko sale a matar o morir, apuesta por meter presión, intensidad y disparar con gran calibre. Funciona la mayoría de veces, da fe su historial, pero ante lo más granado del mundo, esa única carta no es suficiente.

Y lo más serio, es arriesgado. Estas derrotas llegan como consecuencia de una sucesión de manos duras que Kiko asimila hasta que no puede más. La estrategia de fajarse siempre y en todo momento, supone una exigencia y un castigo al cuerpo que conviene dosificar.

Futuro
Kiko cumple este mes 30 años. No es excesivo reconocer que se encuentra en uno de los mejores estados de forma de su carrera. Tiene constancia y sacrificio de gran profesional. Esto no cambia aún cayendo ante tres de los mejores del mundo, a los que enfrentó en su mejor momento y estando invictos.

Por ello, en este punto cabe plantearse hacia dónde dirigirá el camino de Kiko Martínez su promotora, Maravillabox. ¿Tomar aliento para tratar de ampliar su excelente currículo? ¿Convertirse en trampolín de otros valores en Estados Unidos? Ojalá en los próximos meses volvamos a ver sonreír a nuestra principal figura en el boxeo.

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