“La pelea contra Floyd es lo que quiero, ya tengo más experiencia y madurez para enfrentarlo y la gente quiere rivales más exigentes”, esas son la palabras de un joven campeón mexicano de 21 años, actual titular superwelter de la WBC, que quiere enfrentarse al, posiblemente, mejor boxeador del mundo. O bien sólo busca promocionarse y tener la opción de una gran bolsa.
Es lo que quieren todos. Obtener una suma rimbombante ante Floyd Mayweather, vivir una experiencia única en el deporte, desde sus entrenamientos, promociones, publicidad… a su batalla final, todo a cambio de pagar el peaje de la derrota. A día de hoy, sólo hay dos boxeadores que quizá logren escabullir esa imposición y aún así, difícil sería la evasión. Fuera de estos, nadie más.
'Canelo' Álvarez -decía- es un joven campeón que muestra grandes dotes para el boxeo y, sobretodo, una madurez en el tapiz impropia de su edad. Tiene una espalda ancha en la que soporta toda la presión y el circo que le rodea, como si no existiese la gravedad. Tiene los medios y la ambición necesarios para ser un gran campeón si ningún tipo de duda que le haga sombra. Pero el camino se hace paso a paso.
El mismo día en que Álvarez despachó a un caduco Cintrón, otro mexicano, este de 32 años, se proclamaba campeón de la WBO en una extenuante pelea, logrando así su cuarto cinturón mundial ‘absoluto’ (los interinos son invento del diablo). El ‘Travieso’ Arce tal vez no tenga las virtudes técnicas o físicas de otros, pero en su propiedad posee algo que ni se compra, ni se entrena: un corazón macanudo.
Un hombre echo a sí mismo, que ha llegado a lo más alto sin apadrinamientos ni proteccionismos, y cuya honestidad conoce todo aficionado que ve en él un sello de garantía para el espectáculo. Su nuevo reto, enfrentarse a Nonito Donaire, el Mayweather de los ‘pequeños’. Le llega en un buen momento, sin nada que demostrar, con todo por ganar y un gran cheque que recibir.
‘Canelo’ tiene prisa por hacer crecer su figura. A buen seguro que querrá superar los títulos del ‘Travieso’ o de Erik Morales, y deberá aprender de ellos. Quemar etapas, crecer y consolidarse como luchador, no ser una estrella fugaz. La edad es sólo un estado mental. Si logra mantener el ‘hambre’ en el tiempo y encarar cada pelea como si fuese la última, estaremos ante el próximo héroe mexicano.