Dos jóvenes y prometedores mexicanos deberán superar, tras el verano, los exámenes más complicados en su carrera profesional. Pese a su condición de campeones, la forma de lograr, o bien mantener sus coronas han provocado que existan ciertas dudas sobre sus aptitudes y merecimiento para ostentar tal título. Toda esta desconfianza puede ser despejada en septiembre.
Saúl Álvarez, de tan sólo 21 años, ha sido acusado, entre otras cosas, de ‘mataviejitos’. Sus últimos rivales superan la treintena y buena parte de ellos rondan la cuarentena. Como resultado, tiene un bonito historial de victorias en el que figuran nombres como el de Carlos Manuel Baldomir o Shane Mosley, entre otros, pero que, en esencia, no es más que puro marketing.
Su progresión ha sido ralentizada por su actual promotora, Golden Boy Promotions que, consciente del diamante en bruto que tiene, quiere pulirlo poco a poco sin dañar su potencial valor. Pero la paciencia de la afición ya llega al límite y tiene ansias por comprobar si el brillo es tan intenso una vez fuera del taller. Víctor Ortíz se ocupará de comprobar sus kilates.
El verdugo de Andre Berto debe superar este fin de semana a Josesito López para centrarse en el Canelo, para quien Ortíz, de 25 años, es el escollo más complicado que se le ha presentado. Del mismo modo, JC Chávez Jr tendrá el reto más difícil, tanto para él como para cualquier peso medio, en Sergio Martínez. Un combate que lleva tiempo gestándose fuera del ring.
Chávez Jr es uno de lo boxeadores más debatidos de la actualidad. El modo en que accedió al título y las evasivas hacia ‘Maravilla’ hacen que no se le rinde la pleitesía debida a un nº1. Pero esta situación llega a su fin, o eso parece. Su equipo toma el toro por los cuernos y se enfrentará al argentino, reeditando un duelo similar al que su padre realizó 20 años antes.
El 12 de septiembre de 1992, Julio César Chávez vs Macho Camacho tuvo lugar en el Thomas & Mack Center de Las Vegas, el mismo escenario en que su hijo quiere cerrar la boca a Martínez. Misma ciudad en la que Canelo quiere confirmarse ante Ortíz. Ambas funciones serían el 15 de septiembre, día de la independencia de México. Misma fecha y lugar.
Todos son conscientes de la merma económica que supondría hacerse una competencia tan directa. En estos casos suele aparecer una oportuna lesión o eventualidad que retrasa el asunto unas semanas. Conociendo la habilidad de Bob Arum para aplicar el ‘donde dije digo, digo Diego’, no extrañaría que el Chávez vs Martínez se aplazase unos días. Lo bueno siempre se hace esperar.
Su progresión ha sido ralentizada por su actual promotora, Golden Boy Promotions que, consciente del diamante en bruto que tiene, quiere pulirlo poco a poco sin dañar su potencial valor. Pero la paciencia de la afición ya llega al límite y tiene ansias por comprobar si el brillo es tan intenso una vez fuera del taller. Víctor Ortíz se ocupará de comprobar sus kilates.
El verdugo de Andre Berto debe superar este fin de semana a Josesito López para centrarse en el Canelo, para quien Ortíz, de 25 años, es el escollo más complicado que se le ha presentado. Del mismo modo, JC Chávez Jr tendrá el reto más difícil, tanto para él como para cualquier peso medio, en Sergio Martínez. Un combate que lleva tiempo gestándose fuera del ring.
Chávez Jr es uno de lo boxeadores más debatidos de la actualidad. El modo en que accedió al título y las evasivas hacia ‘Maravilla’ hacen que no se le rinde la pleitesía debida a un nº1. Pero esta situación llega a su fin, o eso parece. Su equipo toma el toro por los cuernos y se enfrentará al argentino, reeditando un duelo similar al que su padre realizó 20 años antes.
El 12 de septiembre de 1992, Julio César Chávez vs Macho Camacho tuvo lugar en el Thomas & Mack Center de Las Vegas, el mismo escenario en que su hijo quiere cerrar la boca a Martínez. Misma ciudad en la que Canelo quiere confirmarse ante Ortíz. Ambas funciones serían el 15 de septiembre, día de la independencia de México. Misma fecha y lugar.
Todos son conscientes de la merma económica que supondría hacerse una competencia tan directa. En estos casos suele aparecer una oportuna lesión o eventualidad que retrasa el asunto unas semanas. Conociendo la habilidad de Bob Arum para aplicar el ‘donde dije digo, digo Diego’, no extrañaría que el Chávez vs Martínez se aplazase unos días. Lo bueno siempre se hace esperar.