El combate entre Tavoris Cloud y Bernard Hopkins pasará a la historia por su significado: la proclamación de un campeón de 48 primaveras, quien ya se ha coronado siete veces en su carrera. El encuentro no fue el más vistoso ni mucho menos, algo habitual en las peleas de Hopkins, pero tenía una carga especial por lo que podía suponer y por las ‘ganas’ que aparentaban tenerse ambos contrincantes.
El tema psicológico es algo que domina ‘El Verdugo’ y una vez más pudo comprobarse en este encuentro, ya que Cloud parecía combatir con el freno de mano echado o bien no tenía más velocidades ni sangre en las venas. El asunto es que si no se sale a darlo todo, sobretodo cuando tu única superioridad es la juventud, aumentan exponencialmente las posibilidades del viejo Hop, lo que unido a sus artimañas de viejo zorro, le acercan la victoria considerablemente.
Y así fue. Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Un veterano con una forma de luchar tan personal como incómoda, obtiene un nuevo título que le permite renacer una vez más. Historia viva de este deporte. El hecho, por histórico que sea, nos muestra lo especial de la situación actual. Alguien de 48 años que destituye a un invicto campeón de 31 es algo extraordinario y peculiar. Pero todo tiene sus matices.
Desde ese invicto que no lo es -no hace falta recordar el atraco que sufrió Gabriel Campillo-, hasta las posibilidades que permite la actual organización del boxeo, donde existen 4 campeones por categoría. Chad Dawson (quien por cierto destronó a Hopkins), Beibut Shumenov y Nathan Cleverly, eran junto con Cloud las posibles elecciones de Bernard. ¿Qué organización iba a negarle la oportunidad, pudiendo sacar unos cuartos con su nombre?
Porque hoy en día la figura de Hopkins sigue vendiendo. Y él bien que lo aprovecha. Ante un panorama con tantos y tan mediocres campeones que hacen la guerra por su cuenta y para los que unificar es más difícil que llegar a Marte, Hopkins campa a sus anchas. Su talento, gran profesionalidad y mentalidad ganadora, unido a todo lo anterior, hacen posible que vivamos momentos tan ‘históricos’.
¿Posible encuentro con Andre Ward? Está muy por encima del Hopkins de hoy. El tamaño sería clave ya que ‘The Executioner’ es más alto y de mayor alcance, lo que unido a sus triquiñuelas de perro viejo le dan alguna opción. Veremos lo que duran las aventuras de este campeón legendario, ejemplo de superación, fe y constancia. En resumen, victoria para un Hopkins de 48 años pero, ¿también para el boxeo?