Un 22 de junio, durante el mundial de fútbol de México‘86, el jugador albiceleste más célebre de Argentina, marcó un gol con la mano que se dio por válido y pasó inmediatamente a ser uno de los momentos más místicos en la leyenda del deporte. Años más tarde, otro argentino puede ganarse un hueco en la historia usando también el poder de su puño. Esta vez de forma legal.
Lucas Matthysse empieza a erigirse en ídolo de la forma en que sólo los auténticos lo logran: no buscando serlo. Su principal cometido es hacer bien su trabajo. Sin aspavientos, improperios, fuegos artificiales… Sin estridencias. Un boxeador que vive por y para su pasión y que dedica el tiempo libre a su familia. No necesita más reconocimiento que el de los suyos. Su contundencia es el sello personal que lo hace diferente.
El famoso gol de Maradona fue ante Inglaterra en cuartos de final. Ambos sorprendieron al mundo por su respuesta en los momentos claves. Matthysse ya está clasificado para su final mundialista, presumiblemente el 7 de septiembre si hacemos caso a Mario Arano, representante del patagónico. Danny García será el último obstáculo que separe a Lucas de su gran sueño. “Quiero pelearle a García y demostrar que soy el rey de la categoría“.
Parece un secreto a voces que se trata del mejor, al menos el más espectacular. A tenor de determinadas declaraciones, algunos parece que se siguen sorprendiendo con él. “Tenemos un nuevo Manny Pacquiao”, dijo Richard Shaefer, director ejecutivo de Golden Boy. “No hay hombre en el planeta que dañe como Lucas en este peso”, afirmó Bernard Hopkins. Claro que todos estos piropos provienen de la empresa que le lleva.
Desde que fue robado en sus dos derrotas, no se fía de los jueces. Ejerciendo de abogado del diablo, cabe preguntarse: ¿hay campeón más allá de la pegada? ¿Será suficiente para superar a un rival más técnico? Bien es cierto que García nunca se ha enfrentado con alguien tan duro. Si logra la corona del CMB, ¿será un campeón longevo? Son cuestiones que empezará a contestar en septiembre, como hace siempre, tranquilo, sin prisa pero sin pausa.
De familia con fuerte tradición pugilística, Lucas llega en el mejor momento al reto más difícil. A fe que este héroe sin traje se esforzará por cumplir el anhelo de su vida, ahora a una mano de distancia. Por él, por su familia, por su gente. Dijo Maradona allá por 1992: “Si me muero, quiero volver a nacer futbolista. Soy un jugador que ha dado alegría a la gente y con eso me basta y me sobra”. Seguramente, algo parecido pensará Matthysse.