La mente no sabe de edad

Tony Thompson boxeo

Tony Thompson, 41 años, silenció el 23 de febrero a toda Inglaterra venciendo de manera inesperada y contundente al ídolo invicto David Price, 30. La revancha no se hizo esperar. Era cuestión de honor. Este pasado sábado se volvieron a ver las caras sobre el mismo escenario, tratando de reeditar aquella fatídica noche añadiendo el final feliz que los isleños pretendían.

El problema de ver una repetición es que suele ofrecer lo mismo que en el primer visionado. En esta ocasión, el combate duró algo más y regaló un momento de júbilo generalizado. Price consiguió derribar a Thompson en el 2º asalto y la esperada redención parecía madrugadora. Pura ilusión. El estadounidense se recuperó, toreó las arremetidas del británico y repuso fuerzas en el taburete.

A partir de ese momento, la victoria se alejaba de Price. Es extraño que un tipo de más de dos metros de estatura y otro tanto de alcance, si bien Thompson tampoco se queda corto en este apartado, no haga mayor énfasis en el trabajo de jab y en dominar la larga distancia, terreno que por atributos debería ser su hábitat natural. De nuevo no se adaptó al americano y su final llegó en el 5º.

Otra vez, el silencio nubló Liverpool. Caras largas, manos a la cabeza, ojos en busca de respuestas. Lo típico. La incredulidad fue tal que hasta el propio Price insinuó el retiro, al menos así lo entendieron en un principio algunos medios: “Tendremos que ver cuál es la mejor decisión. No puedo creer que haya sucedido de nuevo. Estoy devastado. He entrenado muy bien para la pelea pero salió horriblemente mal. No sé qué hacer“.

Lennox Lewis, valedor de Price, achacaba la derrota a una cualidad muy concreta: “Encontramos un problema de estamina –resistencia- en David; lo único que tenemos que hacer es reparar eso“. Sea como sea, este resultado muestra que la primera derrota no fue un simple accidente. Una pequeña fuga se ha convertido en una gran grieta. El propio afectado reconoce que se abre una etapa de reconstrucción.

Pero quien dio con el quid de la cuestión fue el victorioso cuarentón ‘The Tiger’: “Él estaba en muy buenas condiciones, pero su mente no. La mía está muy bien. Lo vi llegar cansado. Le desanimé y, al final, lo detuve“. Sencillo. Thompson, fiel al lema de que ‘la edad es un estado mental’ salió a ganar, con hambre y sin nada que perder. Price llegó derrotado. Queda mucho trabajo, y no sólo en el gimnasio.

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