Por Marcos Vilaseca. - Feliz año a todos y bienvenidos de nuevo a este su rincón literario-pugilístico favorito. Y qué mejor que empezar el 2015 allá donde dejamos el 2014; si en la última entrega les hablaba sobre el primer “Combate del siglo” hoy lo haré sobre el segundo, el que enfrentó a Muhammad Ali y Joe Frazier el 8 de marzo de 1971 en el Madison Square Garden de Nueva York.
Como todos ustedes ya saben de sobra ―pues lo hemos comentado varias veces en las reseñas de otros libros sobre The Lip―, en 1967 el entonces Campeón Mundial de los Pesos Pesados Muhammad Ali fue desposeído de su título y de su licencia para boxear por negarse a participar en la guerra del Vietnam. Los organismos oficiales que regulaban el boxeo profesional organizaron un torneo en forma de eliminatorias entre los ocho principales aspirantes al título para designar al nuevo campeón. En el combate decisivo, Joe Frazier venció a Jimmy Ellis por KO técnico en cuatro asaltos.
Tres años después de la condena, el Tribunal Superior de Justicia revocó la pena de Ali y se le permitió volver a boxear. Durante todo el periodo de inhabilitación, Ali no perdió oportunidad de calentar el ambiente declarando una y otra vez que Frazier no era sería el campeón legítimo hasta que se enfrentase con él, el verdadero campeón. Poco tiempo después por fin se cerró el combate entre ambos, previsto para el mes de marzo de 1971. Una pelea no sólo pugilística sino también socio-política ―los partidarios de la guerra del Vietnam y del segregacionismo en el rincón de Frazier, los pacifistas y defensores de los derechos y libertades del pueblo afroamericano en el de Ali― que levantó una expectación sin precedentes: nunca antes en la historia del boxeo se habían enfrentado dos campeones mundiales imbatidos.
Un ejemplo del enorme interés que generó el evento es la cantidad de famosos que acudieron: el cineasta Woody Allen, la cantante Diana Ross, los actores Dustin Hoffman y Burt Lancaster (que comentó la velada para la televisión) entre muchos otros. Las entradas para estaban tan cotizadas que el mismísimo Frank Sinatra se quedó sin y acabó asistiendo con un pase de prensa como fotógrafo de la revista Life para asegurarse una silla de ringside. Por suerte para todos nosotros, Norman Mailer también estuvo allí para narrarlo.
Sin embargo, Mailer no explica nada de todo lo que les acabo de contar, o mejor dicho, lo hace muy de pasada; mi intención era únicamente situarles en el contexto de la pelea para que puedan valorar justamente su importancia. En cambio, Mailer trata otros temas muy diversos; habla del ego, de (agárrense) jugar a golf en la luna, de la diferencia entre boxeadores blancos y negros (eso sí, libre de prejuicios raciales), de Patterson y Liston y sus respectivos combates contra Ali, de la pelea entre Ali y Bonavena, de la tenacidad de Frazier y, por supuesto, del segundo “Combate del siglo” prácticamente round por round. Y lo hace con su inconfundible estilo, en el que destacan el gusto por las metáforas barrocas ―que apelan más a crear una imagen en subconsciente del lector que a la propia comparación literaria― y los golpes de genio: “Tarde o temprano las metáforas pugilísticas, al igual que los entrenadores de boxeo, o bien se vuelven sentimentales, o se vuelven militares.”
Tengo entendido que el texto, a medio camino entre el reportaje periodístico, el ensayo y el relato, nació como un extenso artículo para una revista de deportes, lo cual explicaría su relativa brevedad (apenas ocupa 70 páginas). El volumen publicado por 451 Editores viene precedido de un interesante prólogo a cargo del escritor madrileño Andrés Barba que pueden leer íntegramente pinchando aquí. Dado que la edición es del año 2009, olvídense de encontrarlo en librerías, así que si quieren disfrutar de esta recomendable lectura me temo que no les quedará más remedio que acudir a la red de redes.
En la cima del mundo
Norman Mailer
No ficción
Ed. 451 Editores, 2009, 119 págs.
En la cima del mundo
Norman Mailer
No ficción
Ed. 451 Editores, 2009, 119 págs.