Tommy Morrison, ¿la gran esperanza blanca?

Por Luis González (Wish)Partamos de la base de que ni por asomo fue uno de mis favoritos, pero no cabe duda de que ha sido un luchador dentro y fuera del ring. Por ello, hoy comparto este texto para todo aquel que quiera leerlo.
Tommy Morrison

Tommy Morrison (2 de enero de 1969, Gravette, Arkansas). Su apodo en el mundo del boxeo era “El Duque”, en honor a su tío abuelo, que no era otro que John Wayne.

En los años 90 vivió su momento de fama: un peso pesado blanco, estadounidense y con buena planta… Por entonces, los número uno en los pesos pesados eran, en su mayoría, afroamericanos. ¿Sería Morrison quien cambiaría las cosas? Ya os adelanto, para los que no lo sepáis: no. No se puede decir que no tuviera cualidades y una estética que vendía, peeeeeero… su cruz era una de esas cosas que, por mucho que se entrene, no se puede cambiar: Tommy tenía lo que se llama "mandíbula de cristal", es decir, una sola mano podía dejarlo dormido.

Sus mayores logros fueron su victoria frente a George Foreman, coronándose campeón mundial de la OMB en junio de 1993 por decisión unánime… y, por supuesto, ¡ser protagonista de Rocky V!

Firmó un contrato por tres peleas por 38,5 millones de dólares con el promotor Don King. La tercera sería contra Mike Tyson. Para mí, esa pelea habría sido casi un suicidio: Tyson, el peleador más temido de la época, frente a Morrison, con la mandíbula más frágil de los pesos pesados... mala combinación.

Tommy estaba viviendo un sueño, pero todo quedó en eso: un sueño.

“Acababa de firmar el contrato más importante de mi vida con Don King”, dijo Morrison. “Tres peleas. Un par de combates para calentar, y luego Tyson. Ese era el plan. Y luego se derrumbó”.

En el control médico previo a la primera pelea dio positivo, y no por esteroides. Por desgracia, su prueba dio positivo en VIH.

“Es lo último que uno se imagina”, dijo Morrison. “Cené temprano, salí a caminar, y luego volví a mi habitación. Vi que el contestador automático estaba encendido. Mi entrenador quería una reunión de equipo. Caminé hasta su habitación, y todo el equipo me miraba como si ya estuviera muerto. Pensé que mi oponente se había retirado. Pero el promotor Tony Holden se acercó y me dijo: ‘No se me ocurre otra forma de decirlo: diste positivo en VIH. Te sacaremos de aquí en el próximo avión desde Las Vegas’”.

A las pocas horas, Morrison volaba hacia Tulsa, Oklahoma. Recuerda haber visto en el aeropuerto a un grupo de personas mirando la televisión. Estaban informando sobre su caso.

“Fue tan extraño”, dijo. “Nunca me sentí tan solo. Era como si todos mis amigos se hubieran vuelto en mi contra. Fueron momentos muy duros”.

Tras perder su contrato millonario, peleó una vez más: derrotó por KO en el primer round a Marcus Rhode en Japón, en un combate con reglas especiales. Si alguno de los boxeadores sufría un corte (el VIH puede transmitirse por sangre), la pelea se detenía y el ganador se decidía por tarjetas.

“Aún no me he retirado”, dijo Morrison, quien planeaba solicitar una nueva licencia en Nevada. “Tuve que dejarlo justo cuando todo empezaba a mejorar. Miro la división de peso pesado actual y se me hace agua la boca. Con seis meses de gimnasio y un par de peleas, podría llevarme uno de esos títulos”.

“El VIH cambió mi vida, pero lo he aceptado. No pienso en eso a menos que alguien lo mencione”, agregó. “Tal vez no tenga que dejar de pelear. Que me digan que todo se terminó no significa que lo esté”.

Increíblemente, en 2007 Morrison inició su regreso. Se sometió a varios análisis, todos con resultados favorables. Le otorgaron permiso para pelear en West Virginia, donde noqueó a John Castle en el segundo asalto el 22 de febrero. Luego llegó a Texas, se realizó más pruebas, y el doctor Jorge Guerrero, médico de ring, confirmó: estaba limpio.

“El doctor dijo que está limpio y que no representa un peligro para nadie”, declaró Dickie Cole, del Departamento de Deportes de Combate de Texas. También pasó exámenes en Arizona, pero Texas quiso hacer su propio test.

“Hicimos un análisis de sangre completo. Negativo para VIH, hepatitis B y C. Ya tiene licencia”.

Bruce Trampler, de Top Rank, comentó que Morrison no parecía nervioso mientras esperaba los resultados:

“Era uno más en la fila completando formularios. No mostraba preocupación. Ya ha pasado por eso muchas veces”.

Morrison, que pesó 213½ libras contra las 300 de Ortiz, dijo a ESPN que se sometería a cualquier prueba necesaria:

“A donde vayamos, pasaré los exámenes. Me tendrán que dejar pelear”.

“Cada vez que peleamos y ganamos, nuestra causa se fortalece. Cada victoria hará más fácil todo esto”.

Trampler dijo que la pelea no sería transmitida por Telefutura, pero podría incluirse si había nocauts tempranos en otras contiendas.


¿Qué habría pasado si no hubiera tenido la enfermedad?

No creo que hubiera logrado lo que él esperaba. Vencer a Tyson era casi imposible… y digo "casi", porque en el boxeo todo puede pasar. Pero lo más probable es que Morrison hubiera sido noqueado en el primer asalto. Y no, Tyson no habría sido quien probara el tapiz.

Sin duda habría tenido muchas victorias, pero llegar a ser campeón absoluto de los pesos pesados... lo dudo.

Su mayor victoria no fue en el ring. Fue vencer a la enfermedad, levantarse y seguir adelante.

Tommy Morrison, todo un campeón.

4 Comentarios

  1. Tengo entendido q no tenia Vih sino,síndrome de Guillain-Barré..

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  2. Honorio Lozano ,Navalmoral de la Mata17 junio, 2020 12:48

    A este americano lo recuerdo en "ROCKY V "este gicho podria haber sido tan bueno como Urtain y como Rocky Marciano .

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  3. Honorio Lozano:
    Urtain no tenía ni puta idea de boxear .

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  4. So de ni ni ni famlila google

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