Por Jeffrey Sussman. – Tex es un nombre que suele asociarse generalmente al Salvaje Oeste, con certeros pistoleros. Tex Rickard, sin embargo, no se hizo famoso por su dominio del revólver, sino por ser uno de los promotores de boxeo más creativos de la historia. Realmente fue un pionero, un prototipo para otros promotores exitosos como Mike Jacobs y Don King.
Mientras buscaba oro en Nome, Alaska, Tex conoció y se hizo amigo de un verdadero pistolero, antiguo comisario del Salvaje Oeste, Wyatt Earp, que era un gran admirador de boxeo y que ejerció como árbitro en muchas peleas, incluyendo un combate disputado entre Bob Fitzsimmons (quien, durante su carrera, logró los títulos mediano, semipesado y pesado) y Tom Sharkey (que ganó la pelea por una falta que solo vio Earp). Al comienzo de la lucha, Earp entraba en el ring con una pistola Colt .45 atada a su muslo; antes que la contienda comenzara, Earp tenía que desarmarse.
Después de varias aventuras en Alaska, donde promovió varias peleas, Tex se dirigió a América del Sur. Allí organizó un par de eventos más, pero no encontró una cultura a su gusto. Se dirigió hacia el norte y llegó a la ciudad de Nueva York, donde finalmente alcanzaría el éxito.
En 1920, obtuvo los derechos para promover combates en el Madison Square Garden. Era la meca de las peleas, y entre 1919-1926, Tex, junto con el gerente de boxeo Jack Kearns, promovió las actuaciones de uno de los campeones más feroces del siglo XX, Jack Dempsey.
En tan sólo cinco peleas, el trío ganó en total casi nueve millones de dólares, una suma enorme en aquellos días. También produjeron la primera emisión de radio de una pelea por el título entre Dempsey y Georges Carpentier. Esa pelea, que fue la primera en cosechar un millón de dólares, se llevó a cabo en un escenario al aire libre en Nueva Jersey.
Tex había construido una estructura a un costo de 250.000 dólares para que pudiera dar cabida a más de 80.000 aficionados, mucho más de los que podían estar sentados en el Madison. También fue la primera pelea a la que se les permitió asistir a las mujeres.
Tex no sólo utilizó la presencia de las mujeres como medio de dar más publicidad a la lucha, también jugó el hecho de que Dempsey era un desertor que evitó luchar por su país en la Primera Guerra Mundial, mientras que Carpentier combatió por Francia.
Dempsey era más pesado que Carpentier -188 libras (85 kilos) frente a 168 (76)-, y firmó un impresionante nocaut en el cuarto asalto que puso punto y final a la pelea. Dempsey había derrotado a varios retadores al título de peso pesado, pero finalmente perdió ante Gene Tunney.
Para Tex, Kearns, y Dempsey la lucha con Carpentier fue un gran éxito. Para acrecentar aún más la popularidad del boxeo, Tex pasó a construir el Madison Square Garden de Boston, más tarde conocido como el Boston Garden.
Para asegurarse de que sus peleas consiguieran la máxima publicidad, Rickard contrató al legendario hombre de relaciones públicas, John Dorgan, que pasó a convertirse en el gestor de publicidad de Madison Square Garden. Además, Tex se asoció con John Ringling famoso promotor circense.
Tex nunca perdió su amor por el boxeo, y durante sus últimos años, trabajó vigorosamente para llevar combates de clase mundial a Miami Beach, Florida. Fue animado a hacerlo por su viejo amigo Wyatt Earp, quien le envió un telegrama alentador justo antes de que Tex muriera como resultado de un procedimiento quirúrgico fallido.
Tex está enterrado en el cementerio de Woodlawn en el Bronx. No hay ninguna señal de Tex Rickard: su lápida lleva su apellido solamente, no hay fechas, ni nada acerca de sus innovaciones para acercar el boxeo a las grandes audiencias, logros que lo convirtieron en uno de los mayores promotores de este deporte.