‘The Hitter’ de Bruce Springsteen

No necesita presentación. Bruce Frederick Joseph Springsteen Zerilli, o simplemente Bruce SpringsteenThe Boss, es una de las mayores estrellas del rock. Este cantante y compositor lleva a sus espaldas más de 4 décadas -que se dice pronto- sobre los escenarios.
Con temas imperecederos como ‘Born in the USA’, o ‘Streets of Philadelphia’, su trabajo ha estado siempre respaldado por el célebre grupo The E Street Band. Pero hubo una época en que sus caminos se separaron. Durante esa etapa, Bruce realizó uno de sus discos más íntimos y personales.
En el años 2005, vio la luz ‘Devils & Dust’, álbum acústico que tenía como trasfondo principal la Guerra de Iraq. En él se contenía un tema escrito en 1995, llamado ‘The Hitter’. Más que canción, es un relato sobre la familia, el destino, la superación y la derrota. “Me gusta escribir sobre las personas cuyas almas están en peligro“, dice Springsteen.
‘The Hitter’ nos muestra el lado menos glamuroso del boxeo, lejos de portadas, flashes y postureo. Es la confesión de un hijo a su madre, alguien que desde joven tuvo problemas con la ley y se vio obligado a emigrar de su ciudad natal. Para ganarse la vida, sacaba provecho de una de sus mejores habilidades: la de pelear. -“Tumbaba a los rivales; hice lo que hice, se me daba bien“.
Narra con dureza sus progresos dentro y fuera del ring -“llegaron rápidamente las mujeres y el dinero, y perdí la noción del tiempo“-. Disfruta al llegar a la cima, pero el dinero fácil se interpone en su camino. Su caída comienza cuando a los vicios adquiridos se unen los amaños que acepta por dejarse perder, hasta que, finalmente, regresa a sus inicios, peleando para sobrevivir en callejones y astilleros. –“Si eres más hombre que yo, cruza la línea, enséñame la pasta y di claramente tu delito”-.
La historia, cruda y fatalista, casi susurrada por Springsteen, es una loa a todos aquellos cuyas circunstancias les superan y condicionan. Un destino cruel visto en diversos casos reales. Personas prometedoras que naufragaron por mala cabeza o compañías. Pero es justo y necesario recordar a esos otros que sí consiguieron tomar el timón de su destino. Sin ir más lejos, el ex-convicto y campeón más viejo del boxeo Bernard Hopkins
Peleé en los astilleros
y con el dinero que gané,
supe que la lucha era mi hogar
y la sangre mi profesión.


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