'La dulce ciencia', de A.J. Liebling

Por Fran Cubia. - Estamos ante “el mejor libro de deportes de todos lo tiempos”, según Sports Illustrated. Una afirmación tan categórica puede sonar exagerada, pero en este caso no se aleja demasiado de la realidad. Este ejemplar es un indispensable para los buenos aficionados al boxeo; y es muy recomendable para aquellos lectores interesados en aproximarse al mundo de los cuadriláteros. La grandeza de esta obra reside en dos pilares fundamentales: la época en que se concibe -mediados de siglo XX- y especialmente por quién lo narra.

Y es que si la gran fama de este género deportivo suele asociarse a una pequeña letanía de escritores, como Jack London o Norman Mailer, A.J. Liebling es otro de esos inmortales. Este periodista y escritor de estilo ágil y mordaz, se hizo célebre por sus columnas de opinión en el prestigioso semanario The New Yorker. Previamente, consecuencia de su inquietud vital, recorrió mundo y fue corresponsal de guerra durante la segunda contienda mundial, cubriendo las operaciones en Europa, viviendo en primera persona acontecimientos tan señalados como el desembarco de Normandía.

Amante de la buena comida y el mejor vino, el boxeo era otra de sus pasiones. Visitante habitual de gimnasios, campamentos de entrenamiento y locales donde se organizaban pequeñas veladas, Liebling se convierte en un habitual del ecosistema pugilístico. Se empapa de todo lo que rodea a este deporte desde abajo, conociendo las historias de boxeadores con más ganas que talento, promotores con mucha ambición, soñadores de grandes bolsas y glorias ya desvencijadas.

Y, por supuesto, se deleita con los grandes campeones. La década de 1950 es el núcleo sobre el que gravita la mayor parte de este libro. Esta recopilación nace del temor del propio autor de que la televisión, ese nuevo aparato que comienza a ocupar las casas estadounidenses, suponga un empeoramiento del deporte, queriendo dejar constancia del posiblemente “último ciclo heróico en mucho tiempo”. Con el boxeo en la TV “lo están convirtiendo en un espectáculo gratuito destinado a incentivar la venta de cerveza”.

Liebling prefiere seguir abonado a su asiento en la grada, rodeado de la multitud, saborenado la atmósfera que se genera e intercambiando pareceres con otros aficionados. La televisión amenaza con terminar con este lugar de encuentro e intercambio de conocimientos. Eran tiempos en los que Joe Louis estaba a punto de jubilarse, Rocky Marciano demostraba que no solo sabía noquear con la mano derecha y Ray Robinson hechizaba al público con su elegancia de bailarín.

Ezzard Charles, Sandy Saddler o Floyd Patterson, entre otros muchos, son protagonistas de las líneas escritas por Liebling, donde nunca pierde la atención del lector gracias a su buena pluma, conocimientos y humor ácido. Y es que sus múltiples visitas al gimnasio Stillman -santuario del boxeo- y asistencia a diversas veladas, con pertinentes entradas a los vestuarios para conocer la impresión de los protagonistas, suponen una fuente de anécdotas e historias que enriquecen la experiencia del leedor.

Todo esto se ve complementado por acertadas aclaraciones a pie de página incluídas por el traductor (Enrique Maldonado), que explican las diversas referencias a personajes o hechos que hace el autor a lo largo de su narración, permitiendo obtener una mejor comprensión y mayor conocimiento del contexto. Además, en esta edición en castellano se suman dos artículos a modo de apéndice escritos por Liebling, en The New Yorker, con posterioridad a la primera publicación del libro en 1957.

En resumen, estamos ante una obra que es toda un referente en su género, ideal para conocer mejor la historia de este deporte y deleitarse una y otra vez con el estilo de Liebling y su visión sobre el boxeo y sociedad de mitad de siglo XX, ya que admite varias relecturas en las que apreciar detalles que habían pasado desapercibidos en cada página, tal es la riqueza y profundidad de su relato.

El púgil es tan reacio como cualquier artista a aceptar las pruebas de su desmoronamiento, pese a que éstas se le muestran a él con mucha más contundencia”.


La dulce ciencia
A. J. Liebling
No ficción
Ed. Capitán Swing, 2018, 366 págs.

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