Luis Rayo, "Rayito"

Nacido en Badajoz en 1905, y trasladado a Buenos Aires a los 2 años de edad, Luis Rayo fue uno de los púgiles científicos más admirables de cuántos ha poseído España a través de los tiempos.

Una idea bastante aproximada de la dimensión que alcanzó su figura en la ciudad porteña pueden darnos la estos dos comentarios publicados en la prensa bonaerense:

“Luis Rayo es la expresión del boxeador técnico, de grandes conocimientos y juego lúcido, que encuentra su mejor defensa en el ataque continuado. Su único defecto es la carencia de “punch”, circunstancia que le ha impedido conquistar algunos triunfos más categoricos, pues su pegada es justa y corta”. (La Nación).

“La armonía de sus movimientos académicos, precisos y veloces, no la ha alcanzado nunca ningún otro boxeador. En ningún momento se encontrará a Luis Rayo en una posición que no sea la que indica la mejor ciencia del boxeo”. (Crítica).

Luis Rayo -”Rayito”, cómo le llamaban los porteños- debutó como amateur a los 16 años de edad, perdiendo un solo combate en el curso de 24 meses, frente a Alejandro Couto, al que noqueó en su presentación como profesional en 1923.

Triunfa sucesivamente sobre las figuras de aquel tiempo: Paul Gay, Venerando Gómez, Pablo Federson, Roberto Novoa, Kiberner, “Dinamita” Jackson, Manuel Spíndola, Mayólico González y toda una amplia serie de estrellas sudamericanas.

En 1926 vence por puntos al francés Lucien Vinez, campeón de Europa de los ligeros, y, seguidamente hace las maletas y se traslada a España, con el propósito de conseguir un nuevo encuentro con Vinez, valedero para el título. En España se enfrenta a Fallone, Tomás Cola, Ángel Tejero y Pedro Antonio; pierde por puntos ante Tomás Cola y noquea a los tres restantes.

El 3 de agosto de 1927, en una noche maravillosa de inspiración, Luis Rayo arrebata la corona continental del peso ligero a Lucien Vinez, ganándole 14 asaltos de los 15 disputados en el antiguo campo del Gracia C.F. de Barcelona.

El 19 de octubre del mismo año, Luis Rayo revalida el título derrotando por amplísimo margen de puntos a Tomás Cola, que, a su vez, pierde en el “mach” la diadema española de la categoría.

Luis Rayo ha alcanzado el apogeo de su carrera, el cénit de su arte, el vértice de su potencia. Regresa a Buenos Aires, y, al verano siguiente, vuelve a España: gana en Buenos Aires al italiano Venturi, y pierde, al límite, frente a Justo Suárez, el famoso y malogrado “Torito de Mataderos”.

El 22 de enero de 1930 triunfa por puntos sobre el norteamericano Babe Herman; pero a consecuencia de los golpes recibidos durante este combate se le produce una grave lesión pulmonar que le obliga a colgar los guantes.

Intuyendo un rápido final, Luis Rayo se traslada a España, recluyéndose en un sanatorio antituberculoso de Hoyo de Manzanares, en plena sierra madrileña, donde fallece el 9 de octubre de 1930.

Con él desapareció un campeón de boxeo y un caballero del deporte.


(Texto: "El boxeo". 1965. Meyer&Girard. Plinto)

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