¡Qué noche la de aquel día!

Un combate para rememorar y deleitarse en cada visionado. Lo que hizo el cántabro Sergio García en Inglaterra es una gesta tan grande como sorprendente. Curiosamente, se cumplen 55 años del estreno de la primera película protagonizada por los Beatles, llamada “A Hard Day's Night”, que en España sería “¡Qué noche la de aquel día!”. Esta expresión bien nos sirve para titular la actuación de nuestro boxeador este 2 de febrero.

García peleaba por primera vez lejos de España, exponiendo su campeonato de Europa que tan brillantemente había conseguido el pasado año. El aspirante, el invicto Ted Cheeseman, y todo su equipo preparaban otra típica noche festiva de esas que organizan en las islas cuando reciben a un campeón en su casa. Ágapes, buena música, mejor ambiente y una experiencia para recordar. Todo ello a cambio del cinturón del invitado. Nadie regala nada.

Pero el español no estaba conforme con esas costumbres. Que el reto era difícil, nadie lo niega; que la victoria era complicada, las apuestas lo corroboran; pero que el triunfo fuese a los puntos –sabiendo lo cínicamente caseros que pueden llegar a ser algunos jueces- da fe de la extraordinaria exhibición que tuvo que realizar el de Torrelavega para salir airoso y regresar aún más campeón de lo que ya era. A sus conocidas dotes técnicas, destacaron sobremanera dos detalles claves.

Uno fue la plenitud física de la que goza actualmente. Su cuerpo de 26 años responde de manera óptima a las exigencias y entrenamientos a los que es sometido. Con una resistencia extraordinaria, Sergio es un atleta con una destacable capacidad para mantener un ritmo elevado durante 12 asaltos. Ni un minuto de tregua se firmó en esta pelea. Otra clave fue la fuerza mental mostrada, primera piedra en los cimientos de su triunfo lejos de casa.

Con semblante confiado, García subió al cuadrilátero concentrado y aislado del jolgorio e intimidación ambiental. La naturalidad con la que desarrolló su estrategia y la sangre fría con la que se desenvolvió en los instantes más agresivos y desesperados del inglés, nos confirman la madurez de un boxeador al que su mote cada vez representa menos.

Sin despertar el fervor o popularidad que consiguen otras destacadas figuras nacionales –Jonfer o Kerman son algunos de los que vienen a la cabeza-, ‘El niño’ también está cimentando, combate a combate, una carrera sólida y exitosa en el boxeo profesional. Sergio ya se ha coronado con solvencia campeón de España y de Europa. Y quién sabe lo que está por llegar.

Pero no adelantemos acontecimientos. Disfrutemos de esta candidata -desde ya- a mejor actuación española de 2019. A buen seguro, cuando el sosiego que trae el paso del tiempo permita ser más consciente del logro conseguido, el propio Sergio suspirará con satisfacción: ¡Qué noche la de aquel día!