Sorpresa, sorpresa. A sus 23 años de edad, Teófimo López ha logrado lo que pocos creían posible, vencer al sobrehumano Vasyl Lomachenko por decisión unánime. Si bien el combate guardó un ajustado equilibrio entre ambos, la actuación de López es por todos aplaudida. En la previa, habló más de la cuenta, pero ha cumplido con creces. Está llamado a subyugar la categoría ligera.
Teófimo ganó a Lomachenko o dicho de otra manera tan válida pero aún más impactante, Lomachenko perdió ante Teófimo. ¿Qué ha ocurrido? El ucraniano apodado como "Hi-Tech" salió a medio gas, pausado y analítico, sin prisa por diseccionar otro rival osado que se iba a topar con el mismo destino fatal que los últimos oponentes. Pero este aspirante no se amilanó en sus peores momentos y salió respondón.
López no fue fiel a las predicciones de su padre, quien vaticinaba que su hijo iba a "quitarle la cabeza a Lomachenko". Todo lo contrario. López Jr salió inteligente y con el mismo respeto que encontró en su oponente. Ambos se cuidaban mucho de cometer errores y se reservaban la artillería pesada. Juego de francotiradores y contrataques en el que sorprendentemente salía más favorecido López, quien mostraba más ganas.
Un apático Loma procastinó demasiado sus tareas y cuando quiso resolver el rompecabezas latino no tuvo tiempo. Ese inicio pausado pudo deberse a ¿un mal plan?, ¿exceso de confianza o precaución?, ¿los años pesan o la categoría queda grande para su físico? "No estoy de acuerdo con el resultado. Revisaré el combate de nuevo. Creo que he ganado", diría el europeo estupefacto por el resultado. Nadie duda que habrá revancha. Por favor, que así sea.
Queremos saber si esto ha sido el sueño de una noche de otoño o el mayor cambio de mandato en años. López se llevó la victoria en el combate de su vida, el que llevaba años solicitando. Su ego, a la altura de su talento, bien pareciera que le iba a jugar una mala pasada. Pero no. Supo jugar sus cartas, motivarse, e incluso quien sabe si "meterse en la cabeza" del ucraniano, de ahí la ¿excesiva? prudencia con la que salió Loma ante este joven lacayo.
En definitiva, combate igualado, abierto a discusión, que a buen seguro tendrá segunda parte. La única mancha, la cual, además de vergüenza, ensucia la victoria de López, son las puntuaciones de los jueces. 116-112, 119-109 y 117-111. Efectivamente, se lleva la palma la segunda tarjeta. Resulta sorprendente, e incluso repulsivo, que a estos niveles de exigencia pueda existir experto alguno que dicte 119-109 en este combate. No por ser habitual debe dejar de denunciarse.
Teófimo ganó a Lomachenko o dicho de otra manera tan válida pero aún más impactante, Lomachenko perdió ante Teófimo. ¿Qué ha ocurrido? El ucraniano apodado como "Hi-Tech" salió a medio gas, pausado y analítico, sin prisa por diseccionar otro rival osado que se iba a topar con el mismo destino fatal que los últimos oponentes. Pero este aspirante no se amilanó en sus peores momentos y salió respondón.
López no fue fiel a las predicciones de su padre, quien vaticinaba que su hijo iba a "quitarle la cabeza a Lomachenko". Todo lo contrario. López Jr salió inteligente y con el mismo respeto que encontró en su oponente. Ambos se cuidaban mucho de cometer errores y se reservaban la artillería pesada. Juego de francotiradores y contrataques en el que sorprendentemente salía más favorecido López, quien mostraba más ganas.
Un apático Loma procastinó demasiado sus tareas y cuando quiso resolver el rompecabezas latino no tuvo tiempo. Ese inicio pausado pudo deberse a ¿un mal plan?, ¿exceso de confianza o precaución?, ¿los años pesan o la categoría queda grande para su físico? "No estoy de acuerdo con el resultado. Revisaré el combate de nuevo. Creo que he ganado", diría el europeo estupefacto por el resultado. Nadie duda que habrá revancha. Por favor, que así sea.
Queremos saber si esto ha sido el sueño de una noche de otoño o el mayor cambio de mandato en años. López se llevó la victoria en el combate de su vida, el que llevaba años solicitando. Su ego, a la altura de su talento, bien pareciera que le iba a jugar una mala pasada. Pero no. Supo jugar sus cartas, motivarse, e incluso quien sabe si "meterse en la cabeza" del ucraniano, de ahí la ¿excesiva? prudencia con la que salió Loma ante este joven lacayo.
En definitiva, combate igualado, abierto a discusión, que a buen seguro tendrá segunda parte. La única mancha, la cual, además de vergüenza, ensucia la victoria de López, son las puntuaciones de los jueces. 116-112, 119-109 y 117-111. Efectivamente, se lleva la palma la segunda tarjeta. Resulta sorprendente, e incluso repulsivo, que a estos niveles de exigencia pueda existir experto alguno que dicte 119-109 en este combate. No por ser habitual debe dejar de denunciarse.