¿En qué se parecen un equipo de fútbol madrileño y un boxeador catalán? Suena a chiste, pero no lo es. El titular del fin de semana en España fue la proclamación como campeón de Liga del Atlético de Madrid. Además, Isaac Real logró coronarse campeón de Europa superwélter, en Italia. Dos historias con un llamativo paralelismo. El sábado, los complejos cedieron ante el ‘querer es poder‘.
El Atleti jugaba una ‘final’ en casa del otro aspirante al título y vigente campeón, siendo el factor campo un elemento que parecía determinante en favor del FC Barcelona. ‘Chaca’ tomó el avión aprisa y corriendo para llegar a Italia y pelear por una corona vacante ante un Della Rosa favorito. En ambos casos, muchos aficionados presagiaban derrotas visitantes.
La fama de ‘pupas’, de perdedores, de cagarla en los momentos claves, de no saber competir en territorio ajeno, insuflaban a demasiados agoreros. Lo habitual era que el equipo más grande venciera y terminara con las aspiraciones de unos ilusos; lo normal es palmar cuando peleas fuera de casa porque “no tenemos nivel“. Pues no. Esta vez no. Y eso que, lejos de ser favorable, el viento sopló en contra.
Mientras el equipo de la ribera del Manzanares empezó por detrás en el marcador pese a salir bien plantado, ‘Chaca’ hincó la rodilla en el 2º asalto pese a haber derribado antes a su rival. Algunos sonreían mientras preparaban el ya clásico “Ves, si ya lo sabía yo…“. Pero el sábado no triunfó ese discurso. El Atlético se mantuvo firme, fiel a su estilo, y empató el encuentro, defendiendo su renta hasta el final.
El de Hospitalet Llobregat, asimiló la caída, tomó aire y continuó con su plan. Nada tenía por qué cambiar. Siguió adelante, creyó en su oportunidad y lo consiguió. Castigó a su sorprendido rival y todo terminó en el 8º asalto. Gol de oro. El complejo de inferioridad escondido en lo de ‘pupas’ también fue noqueado. Si el deporte tiene algo especial es que permite alcanzar niveles vetados en otros ámbitos de la vida.
Por muy poderoso que sea el oponente, tienes una oportunidad. No hay barrera insalvable y, en ocasiones, la mayor está en nuestra mente. La presencia del boxeo español se multiplica en la Unión Europea (EU), crece en Europa (EBU) y se asienta en el mundo con Kiko Martínez. Es hora de quemar viejas etiquetas. Somos tan válidos como los demás. Hay limitaciones, sí, pero tenemos buen material y buenos orfebres. Con trabajo, confianza y pizca de suerte, todo llega.