Por Patrick Connor. – El dos veces medallista de oro olímpico, el chino Shiming Zou no consiguió su gran objetivo: el título mundial mosca en 2015 ante Amnat Ruenroeng. Mientras Zou podría desbloquear un mercado potencialmente enorme para el boxeo en China, uno no puede dejar de preguntarse lo que queda a su carrera.
En 23 juegos olímpicos (vamos a ignorar lo Juegos de 2012 por recientes como para figurar en esta discusión), en la disciplina del boxeo se han concedido 893 medallas en total, con 229 medallas de oro para 223 individuos, 38 de los cuales llegaron a ganar algún título mundial en el terreno profesional. En otras palabras, un 17% de los medallistas de oro se convirtieron en campeones mundiales.
En los primeros nueve juegos olímpicos de boxeo (1904-1952), sólo cinco medallas de oro ganaron títulos mundiales en las filas profesionales: Frankie Genaro, Fidel LaBarba, Jackie Campos, Pascual Pérez y Floyd Patterson.
Solo el un 17% de los oros se transforman en campeones mundiales
Los 14 primeros Juegos Olímpicos produjeron solo 10 futuros monarcas. Los otros 28 han llegado todos a partir de 1976 – los Juegos Olímpicos considerados por muchos como los más destacados para el boxeo de Estados Unidos-. Los Juegos de 1976 también fueron los primeros en producir más de dos futuros campeones del mundo.
¿Por qué se produce este aumento en la producción de futuros campeones? ¿Más divisiones de peso y un camino más fácil para ganar un cinturón? ¿Un tipo diferente de promoción para los medallistas de oro? ¿Televisión?
Tener una medalla de oro no era mucho más que otra muesca en el cinturón hasta que Floyd Patterson tras conseguirla en 1952, se hizo cuatro años más tarde con el título de los pesos pesados. En su segunda defensa, en 1956, tiró a un hueso duro de roer, el medallista de oro Pete Rademacher, en el debut profesional de este último. Desde entonces, el colgante de color miel se convirtió en algo más importante para la promoción.
Pero el término “chico de oro”, haciendo específicamente referencia a un ex medallista de oro olímpico, recibió un empujón definitivo cuando el simpático Ray Leonard comenzó su leyenda tras su actuación en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976. Los Juegos de ese año, resultaron ser un momento decisivo para el boxeo olímpico en más de un sentido. Estados Unidos ganó cuatro medallas de oro, pero estuvieron cerca de llevarse a casa seis.
Tal vez el valor de un cinturón se abarató un poco desde entonces. Los EE.UU. se unieron a otros 64 países en el boicot a los Juegos Olímpicos de 1980, y mientras se realizaban los Juegos de 1984, Larry Holmes estaba a unos meses de ayudar a legitimar a una nueva organización: la Federación Internacional de Boxeo (FIB). Cada uno de los Juegos Olímpicos disputados desde 1976 hasta 2004 han producido dos o más futuros campeones.
Sin embargo, otro órgano sancionador digno de consideración surgiría a finales de 1980 y principios de 1990, y es discutible si la Organización Mundial de Boxeo (OMB), había ganado el reconocimiento suficiente cuando el italiano Maurizio Stecca, oro en 1984, ganó el título de peso pluma inaugural de la organización.
Zou entra en el ámbito del boxeo rentando en un momento en que hay más cinturones “legítimos” para ganar que nunca. Éstos van desde ‘regular’ a ‘super’, e incluso los hay ‘plata’. Hay más categorías de peso que nunca y más campeones múltiples por división. Si hay un buen momento para que Zou se convierta en profesional con la esperanza de ganar un cinturón, es ahora.
No hay mejor momento para ser campeón mundial que hoy en día
Incluso si el punto de vista cínico es cierto, y Zou es simplemente un peón en un juego para atraer a los espectadores chinos al boxeo, todavía tiene un serio pedigrí como amateur a considerar.
Mientras grandes luchadores como Billy Conn, Dwight Qawi y Rocky Marciano tenían poca o ninguna experiencia como aficionados, tener un buen currículo en ese apartado en un escenario internacional como el de hoy, parece ser un mejor medidor del potencial. Queda por ver cómo quitar el casco de protección y volver a modificar el sistema de puntuación cambian esa dinámica.
Hasta que la transición de aficionado a profesional pueda ser más sencilla, un escepticismo persistente perseguirá a los hombres y mujeres que buscan la inmortalidad en las 16 cuerdas. En el caso de Zou, sin embargo, la duda surge de una fuente llamada “realidad”.
A los 35 años, Zou realizará un impulso final a su trayectoria profesional. Como peso mosca, la amplitud actual de la división podría beneficiarle o podría sentarle mal. Es como si estuviera atrapado entre la facilidad para apropiarse de cinturones en la época actual, y la dificultad de ganar y mantener un cinturón en esa división.
¿La probabilidad de que un medalla de oro gane un campeonato mundial empezará a superar el 17% en los próximos años? Es posible, pero si Top Rank es capaz de captar la atención del mercado chino, ¿importa?
Por extraño que parezca, la evolución pugilística de Zou es comparable con la de los niños de hoy, en una sociedad hiperconectada, en la que cada hito se documenta, se carga, descarga y comparte. De seguir ganando, Zou puede ser uno de los primeros luchadores en tener cada una de sus peleas fácilmente disponibles en vídeo. El consenso parece ser que Zou no durará mucho con un cinturón. Hasta entonces, se trata de simples especulaciones.