Antonio Ruiz, el “Emperador de Vallecas”

Antonio Ruiz, el turbulento y huracanado “Emperador de Vallecas”, fue el primer boxeador español proclamado campeón de Europa.

Nacido en Tarancón el 13 de junio de 1904, su familia se trasladó a Madrid tres años después. En su primera juventud, Antonio sintió una gran afición por el arte de Cúchares. Soñaba con vestir el traje de luces, y cierto día se lanzó como espontáneo al ruedo de Getafe, dándole al novillo media docena de pases “de pitón a pitón” antes de que le cundiera el pánico en el cuerpo y apretara a correr para arrojarse de cabeza al callejón.

En 1918, Antonio Ruiz marcha Barcelona en compañía de un amigo, compartiendo con él los topes del tren y el hambre y las peripecias del recorrido. En 1921 ingresó en el gimnasio Boxing Club, situado en la calle de La Riera, dónde se entrenan Ricardo Alis, Bonna, Pedro Sáez, Villar, Tomás Tomás, Torelló, “el Moro”, y, a los seis meses de adiestramiento, debuta frente a Carlos Aracil en el Teatro Español, encajando una soberana paliza. Pero en el combate de revancha, derrota a su adversario y obtiene seguidamente una serie de victorias antes de regresar a Madrid, donde, en 1922, se proclama campeón de España de los plumas, tumbando sobre la lona del Circo de Price a Alfonso Cañizares en el segundo asalto.

1925. Antonio Ruiz reta al campeón de Europa, Henri Hébrans, que acepta el combate. Pero, en aquel intervalo, el vallecano defiende su título nacional en Barcelona, que pierde por puntos ante Ciclone. Un grave traspiés en vísperas del campeonato europeo, a pesar del cual Antonio Ruiz destroza a Henri Hébrans, obligándole a alzar el brazo del abandono el 30 de octubre de 1925, en Madrid, en el octavo asalto. Aquel mismo año, defiende su novísima corona frente a Ciclone, derrotandole por puntos en el viejo campo de fútbol del Racing madrileño.

Acto seguido emprende viaje a Buenos Aires, de donde regresa al cabo de seis meses con un flaco bagaje de actuaciones: dos combates nulos y una derrota por puntos ante Julio Mocoroa. De Madrid salta a París, Hamburgo y Copenhague. Gana el dinero a mano a manos llenas, pero lo dilapida con prontitud.

Conduce un flamante automóvil, blande un sempiterno bastoncillo de junco y pasa muchas noches “de blanco en blanco” en los más elegantes “cabarets”. Este género de vida desemboca, fatalmente, en la noche de su ocaso: el 7 de enero de 1928 pierde su título ante Luigi Quadrini, por puntos, en el Palacio de Hielo de Madrid.

Su última pelea la sostuvo con Antonio Moreno, meses antes del estallido de la Guerra Civil. Arruinado física y moralmente, Antonio Ruiz vivió sus años postreros miserablemente. Era un hombre atrozmente derrotado, silencioso e introvertido, el que los madrileños vieron deambular por las calles antes de que la madrugada del 25 de noviembre de 1957 apareciese su cuerpo, aterido y moribundo, en la acera de una calleja contigua a la plaza de Antón Martín.

Horas después falleció en el hospital el antiguo “Emperador de Vallecas”.


(Texto: "El boxeo". 1965. Meyer&Girard. Plinto)

4 Comentarios

  1. Respuestas
    1. Podría contactar con usted para hablar de antonio ruiz. Póngase en contacto conmigo, es algo que estoy preparando y creo que les va a gustar
      Un saludo

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  2. Arriba te dejo mi correo para que contactes conmigo, por favor.
    Un saludo

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