Lo que el COVID se llevó


Boxeo coronavirus nicaragua
Medidas tomadas en Nicaragua
La crisis sanitaria ocasionada por el afamado coronavirus COVID-19 ha ocasionado el parón de muchas actividades, entre ellas las deportivas. Distintos métodos son buscados para compensar la falta de ingresos provocados por tal cese. El boxeo español, ya de por sí poco boyante en lo económico, busca soluciones para paliar esta situación y poder seguir con su práctica.

Entre esas opciones está la propuesta por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB): regresar al ring sin la presencia de espectadores. Diversas opiniones saltaron al respecto, entre ellas la del presidente de la Federación Española de Boxeo (FEB), Felipe Martínez, quien sí ve “el boxeo (amateur) sin público, porque las competiciones son las que son y el público las podría seguir desde sus casas, pero el boxeo profesional sin público lo veo más complicado, ya que dependen casi siempre de las entradas”.

Como bien dice Martínez, es el boxeo profesional el que más sufre esta situación, sumergido en una incipiente anemia económica por falta de recaudación en taquilla. Si el público no puede asistir a las veladas, estas deberían acercarse a los aficionados. ¿Cómo? A través de la televisión o internet. Pero la realidad es que en España esto no es posible. O al menos no es tan sencillo de llevar a cabo.

A diferencia de otros países más habituados a los eventos de “Pago por ver” (PPV), con fuertes promotoras de ámbito internacional y canales de televisión o servicios de streaming poniendo dinero sobre la mesa, aquí la viabilidad económica es escasa. ¿Quién produciría la retransmisión? ¿Se podrían utilizar los medios de LaLiga Sports TV, como hace con los torneos amateur? ¿El diario As pondrá de nuevo sus cámaras?

¿Cómo se repartirían entre todas las partes implicadas los costes e ingresos? A todo ello habría que analizar el elemento capital, ¿respondería adecuadamente la afición? ¿Pagaría lo necesario para hacer rentable un PPV “Made in Spain”? No soy muy halagüeño al respecto. Tal esfuerzo requiere un patrocinio y apoyo que si ya llegan con escasez cuando sopla a favor, con la inestabilidad actual serán más difíciles de encontrar.

Esperemos que la parte más dura de la tormenta pase más pronto que tarde. Será entonces cuando se pueda sacar algo mínimamente positivo de todo esto: los grandes combates deberán hacerse de inmediato. No habrá más tiempo que perder, ni más ingresos que dejar pasar. Esas urgencias harán que los choques que más expectación despierten tengan más posibilidades que nunca de llevarse a cabo. Y ojala sea delante de una afición entregada al espectáculo.

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